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FUISTE ASUNTA AL CIELO

“Después de elevar a Dios muchas y reiteradas preces y de invocar la luz del Espíritu de la Verdad, para gloria de Dios omnipotente, que otorgó a la virgen María su peculiar benevolencia, para honor de su hijo, Rey inmortal de los siglos y vencedor del pecado y de la muerte; para aumentar la gloria de la misma augusta Madre y para gozo y alegría de toda la iglesia, con la autoridad de nuestro Señor Jesucristo, de los bienaventurados apóstoles Pedro y Pablo y con la nuestra, pronunciamos, declaramos y definimos ser dogma divinamente revelado que la Inmaculada Madre de Dios y siempre Virgen María, terminado el curso de su vida terrenal, fue asunta en cuerpo y alma a la gloria del cielo”.

Bajo esta declaración, el 1 de noviembre de 1950, fue declarado por el Papa Pío XII en la constitución Munificentisimus Deus el dogma de la Asunción de María Santísima A los Cielos.

Hay que hacer la diferencia entre ascensión y asunción. Ascensión se refiere al acto de subir a algún sitio por sus propios medios. Asunción se refiere al acto de subir a algún sitio ayudado por otras circunstancias.

De acuerdo al dogma de la Asunción, María Santísima es elevada en cuerpo y alma por los ángeles de Dios hasta su presencia después de cumplir con su vida terrenal para así ser exaltada por Dios nuestro Señor como madre de Dios Hijo.

En el catecismo, la Asunción de Nuestra Madre, refleja un signo de esperanza para los Cristianos, pues es en ese momento en Jesús mismo participa de su propia resurrección con María Santísima, anticipándose así a la resurrección del resto de la humanidad.

En la catequesis impartida por San Juan Pablo II el 2 de julio de 1997 indica: “El dogma de la Asunción afirma que el cuerpo de María fue glorificado después de su muerte. En efecto, mientras para los demás hombres la resurrección de los cuerpos tendrá lugar al fin del mundo, para María la glorificación de su cuerpo se anticipó por singular privilegio”.

Es así que María Santísima, asunta al cielo en cuerpo y alma, glorificada por Dios Padre es el ejemplo a seguir para mantener viva nuestra fe de que si seguimos los designios de Nuestro Señor pronto alcanzaremos la gloria de la Resurrección como fue su promesa al vencer a la muerte después del suplició de la cruz.

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