Cristo Negro

Cristo Negro

Por: Sergio Osegueda

“He venido de tierras lejanas, a adorar al Señor de Esquipulas…
…Padre nuestro que estas en el cielo un rosario de vengo a cantar
Milagroso Señor de Esquipulas toda mi alma te vengo a entregar”

Cuanta razón tenía José Ernesto Monzón en sus líneas dedicadas al Cristo Negro, al cristo que une la fe de los centroamericanos, símbolo del amor de Dios a través del sacrificio más grande del mundo.

La fiesta dedicada al Señor de Esquipulas es una de las más grandes del país, pero cabe destacar que es de las pocas imágenes a la cual se le celebra 2 veces.

La historia nos lleva hasta el siglo XVI, específicamente al año 1594, año en el que es encargada la realización de un cristo, el cual es mandado a hacer por Cristóbal de Morales quien contrata al escultor portugués Quirio Cataño.

Para ese entones, Cataño vivía a más de 200 kilómetros del lugar a donde se llevaría la imagen ya que se establecía en Santiago de los Caballeros.

Antes de la imagen que conocemos en la actualidad el 4 de octubre entrego un cristo crucificado el cual fue llevado a la parroquia de Quezaltepeque, sin embargo debido su deterioro Fray Andrés de las Navas Obispo de Guatemala ordena se realice una copia de ese cristo.

En el contrato para realizar la imagen se puede leer que el cristo que se encargada debe ser de vara y media, muy bien acabado y perfeccionado y deber estar terminado para el día próximo de San Francisco. La imagen tuvo un costo de 100 tostones de cuatro reales de plata cada uno recibiendo un adelanto de 50 tostones.

Esta segunda imagen fue entregada el 15 de enero de 1595 dirigida hacia la población de Esquipulas en Chiquimula, sin embargo la tradición oral de Guatemala cuenta que fueron los pobladores de Esquipulas quienes viajaron a Santiago para traer la imagen, pero mientras encaminaban su retorno, todo aquel que veía al Cristo quedaba admirado de la belleza de la misma solicitando que por lo menos pasara una noche en el lugar por donde este realizaba su regreso. Originándose así la tradición de peregrinar para venerar al Cristo.

Luego de esta travesía, la imagen llega a Esquipulas el 9 de marzo de 1595.

Es este el motivo de porque se realizan dos fiestas en su honor, la primera el 15 de enero para conmemorar la fecha en que la imagen fue entregada a los pobladores y el 9 de marzo para conmemorar la fecha en que el Cristo llega por fin a Esquipulas.

Pero lo que es todo un misticismo es su color oscuro, de acuerdo a muchas versiones se creía que el tono oscuro era porque Cataño habría utilizado una madera oscura para esculpir la imagen para asemejar la piel de los pobladores de Esquipulas. Sin embargo en las ultimas restauraciones se descubrió que el color orignal de la imagen es clara, con lo cual se confirma que el color negro fue adquirido con la exposición del Cristo al humo de las veladoras y el contacto de las manos de los millones de devotos que año con año le llegan a venerar el que le genero su color oscuro.

El Señor de Esquipulas como símbolo de fe centroamericana y fuera de las fronteras de la región tiene diferentes replicas en distintos lugares donde se le venera, siendo los principales la de Morelón Guanajuato México, Juayúa en El Salvador, Alajuelita Costa Rica, El Sauce León Nicaragua, El Palmito Mérida Venezuela y Los Ángeles, Nueva Jersey y Nueva York en Estados Unidos.

Dentro de sus peregrinos, el Santo Cristo de Esquipulas, fue visitado durante el año jubilar dedicado a celebrar los 400 años de existencia, el 6 de febrero de 1996 por su Santidad Juan Pablo II, quien como todos los peregrino, viajo hasta la ciudad de Esquipulas, para impartir sus bendiciones y así venerar a la imagen que tantos devotos profesan su fe.

“Nunca olvides mi patria y mis padres, no abandones mis hijos Señor
Milagroso Señor de Esquipulas por doquiera riega bendición”