Cuarta Reflexión: ¿Doy las llaves de mi vida al Señor o las presto a ratos?
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Adviento tiempo por excelencia de María, la Virgen de la espera
El Adviento es el tiempo mariano por excelencia del Año litúrgico. Lo ha expresado con toda autoridad Pablo VI en
Históricamente la memoria de María en la liturgia ha surgido con la lectura del Evangelio de
Hoy el Adviento ha recuperado de lleno este sentido con una serie de elementos marianos de la liturgia, que podemos sintetizar de la siguiente manera:
- Desde los primeros días del Adviento hay elementos que recuerdan la espera y la acogida del misterio de Cristo por parte de
- La solemnidad de
La primera venida del Señor se realizó gracias a ella. Y, por ello, todas las generaciones le llamamos Bienaventurada. Hoy, que preparamos, cada año, una nueva venida, los ojos de
Sobre el papel de
"Te alabamos, te bendecimos y te glorificamos por el Misterio de
La gracia que Eva nos arrebató nos ha sido devuelta en María. En ella, madre de todos los hombres, la maternidad, redimida del pecado y de la muerte, se abre al don de una vida nueva. Así, donde había crecido el pecado, se ha desbordado tu misericordia en Cristo nuestro Salvador. Por eso nosotros, mientras esperamos la venida de Cristo, unidos a los ángeles y a los santos, cantamos el himno de tu gloria…”
Veamos tres textos de los tantos que uno se encuentra en honor de
“¡Qué admirable intercambio! El Creador del género humano, tomando cuerpo y alma, nace de una virgen y, hecho hombre sin concurso de varón, nos da parte en su divinidad” (antífona de las primeras Vísperas).
“La Madre ha dado a luz al Rey, cuyo nombre es eterno; la que lo ha engendrado tiene al mismo tiempo el gozo de la maternidad y la gloria de la virginidad: un prodigio tal no se ha visto nunca, ni se verá de nuevo. Aleluya” (antífona de Laudes).
“Por el gran amor que Dios nos tiene, nos ha mandado a su propio Hijo en semejanza de carne de pecado: nacido de una mujer, nacido bajo la ley. Aleluya” (antífona del Magníficat primeras Vísperas).
A partir de la segunda parte del Adviento, la figura de
En las vísperas del primer domingo de Adviento, la antífona del Magnificat está tomada del evangelio de la anunciación: "No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios. Concebirás en tu seno y darás a luz un hijo".
El lunes de esta primera semana, en las vísperas, la antífona del Magnificat será: "El ángel del Señor anunció a María y concibió por obra del Espíritu Santo".
En esta hermosa síntesis de títulos se presenta en estas pinceladas la figura de
Recordemos:
María nos enseña también que la aceptación del hombre por Dios no torna ocioso nuestro compromiso mundano, pues Dios es tanto más creador cuanto más responsabiliza al hombre. Hoy sobran palabras de ideólogos, políticos y demagogos; y faltan hechos concretos de liberación de los humildes.
El “hágase” de María es un estímulo para que nosotros realicemos también la opción fundamental de Cristo, en orden a construir un mundo más humano e instaurar una historia mejor. En toda vida hay opciones fundamentales. Esto choca con la mentalidad actual de tantas personas, que gira en torno a la provisionalidad, incluso en los compromisos más serios como la opción cristiana, la fe, el amor matrimonial o la consagración a Dios. La tentación de jubilarse o darse de baja como cristiano está hoy a la orden del día.
El Señor no nos pide la ofrenda de una casa, pero si quiere hacer en nosotros una casa, o mejor, quiere hacer de nosotros su casa. Resulta que ya está ahí
La anunciación se repite, porque Dios sigue necesitando de una madre que le acoja en su corazón y lo revista de carne. Dios nos sigue necesitando y espera nuestro “fiat” es decir nuestro “si” cada día. Ojalá que de una vez por todas podamos decir con María: “Hágase en mí según tu Palabra”.